Oscurantismo por discreción
20/04/2013   Lecturas: 5.032

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Esta misma mañana, en el Parlamento, Rajoy volvía a tener una de esas sosegadas y penosas comparecencias, plagadas de medias verdades y mentiras, que le caracterizan últimamente.

La cuestión que se liquidaba era una reunión secreta con el presidente del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, posterior a otra de la misma índole con el de la Generalidad de Cataluña, Arturo Mas, y ambas consecuentes a otras semejantes.

Mentiríamos si dijéramos que nos sorprenden estos encuentros. Al contrario, confirman a Rajoy en la estela del entendimiento antidemocrático de la política de Rodríguez Zapatero, que hizo de este tipo de reuniones unas de sus predilectas maniobras en la oscuridad. Maniobras y oscuridad cuyo único resultado fue el hundimiento y ruina de España y su deposición en Marzo de 2011 por Alfredo Pérez Rubalcaba, en un intento de salvar los trastos de un barco que se iba a pique.

Cuando veo a algún majadero del actual gobierno (que hoy me lo parecen casi todos, empezando por su presidente) llamar “movilidad exterior” a la huida de esta pocilga de jóvenes españoles con preparación universitaria (“exportación masiva de paro” para D. José Raga) con la enorme pérdida cualitativa que supone para España esta sangría imparable -que dura desde 2007- no veo sino la repetición de aquella negación socialista en reconocer la crisis que ahora pagamos tan caro.

Cuestionado en el Congreso por los portavoces parlamentarios, este pedernal gallego, este zote magnífico, esta variante zapateril, se salía por la tangente con la ley de Transparencia, la ley para luchar contra el fraude o la modificación de la ley de financiación de los partidos políticos. Cuando Rosa Díez, líder de UPyD -Rosa ‘Díaz’ para este dirigente negado- criticaba su “falta de transparencia”, arguyendo, "Sólo contesta a la prensa cuando está fuera de España o cuando está en España pero reunido con algún líder extranjero" y, más adelante, “No puede ser que un presidente se oculte de los ciudadanos y del Parlamento. ¿Cómo se puede liderar así un país, cualquier país y en cualquier situación?". Rajoy respondía estólido a la parlamentaria que confundía “exhibicionismo” y “discreción”, imagino que queriendo decir secretismo y discreción.

“Hoy mismo –aclaraba- he hablado con algún presidente autonómico por teléfono…” ¡Tócate las narices con el razonamiento! Al final, no respondía a nada. Este tipo empeora cada día. Créanme que desde aquí auguro al PP idéntico –y merecido- resultado del PSOE. Como la socialista, la militancia popular no está diciendo ni pío ante los desvaríos del incontestado líder y como ellos van a sufrir un castigo popular histórico. Quizá sea lo mejor para España, empezar por mandar al extrarradio de la política a estos dos partidos creadores y responsables del régimen que estamos sufriendo.

Múltiples veces critiqué aquí mismo el oscurantismo y falta de claridad de aquel Zapatero que se reunía a escondidas en Moncloa con todo tipo de gentes. Pues lo mismo me vale para este Rajoy, que a base de comparecer a través de un plasma a mí lo único que se me hace es un(a) plasta.