Demagogos e ineptos sin solución
09/01/2007   Lecturas: 8.273

Publio

Es el primer día hábil después de Reyes. Pongo la radio y escucho a Rajoy hablando de terrorismo. Como dice lo de siempre, cambio de canal. En ese justo momento, pero en otra emisora, se anuncia el inicio de la rueda de prensa ¿de la Vicepresidenta? De la Vega. Por lo que escucho, va a informar sobre una reunión del presidente de Gobierno, Rodríguez, con el líder del partido de la Oposición, Rajoy, esa misma mañana. Yo no tenía ni idea de la misma.

Escucho y me entero de que el presidente del Gobierno había convocado al líder de la Oposición al Palacio de la Moncloa, como consecuencia del acto terrorista del 30 de Diciembre pasado, en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. En principio, parece una reunión oportuna pero, de inicio, ya hay algo que no comprendo: si la reunión es entre Rajoy y Rodríguez, ¿por qué no nos da Rodríguez su versión de lo tratado? ¿de qué va a informar la Vicepresidenta? ¿de lo que Rodríguez le ha dicho que le ha dicho Rajoy? Ya estamos con la burra a brincos...

Empieza a hablar De la Vega y se hunde el escenario. Comienza un monólogo que es lento, entrecortado, cansino, dubitativo y aburrido, que apenas el interés por la reunión consigue mantener la atención del oyente ¿Será que en directo gana? Después de una declaración de principios que no se ha movido un ápice de lo de siempre -palabras grandilocuentes que desdicen luego las acciones del Gobierno y del Fiscal General- comienzan las coces a la Oposición. Más de lo mismo. No tienen arreglo. Nos saciamos de oír la palabra diálogo -de cada cinco o seis palabras de la portavoz, una es diálogo- pero de sus argumentos no se traduce ningún interés por dialogar con la Oposición, porque vuelve a decir -como siempre- lo que entiende por diálogo: que la oposición se adhiera a la cofradía de Perpiñán, a la unión de la ultrazquierda y los nacionalismos independentistas. No intentan establecer un contraste de pareceres, pretenden una OPA hostil y entregar España a los intereses del Partido Nacionalista Vasco.

Este es nuestro socialismo y éste es nuestro PSOE, un partido que en seis años pasa de asesinar en una guerra sucia a los terroristas de ETA a querer formar coaliciones electorales con ellos. Y en este camino puede encontrar ocasionalmente a los independentistas sabinianos del Partido Nacionalista Vasco o de la extrema Ezquerra de Cataluña (que la semana pasada daba la razón a ETA frente al gobierno socialista), pero a ningún partido democrático que crea en España como nación y como pueblo. El PSOE, hoy, está en lo que siempre fue; se ha quitado la careta y ha vuelto a su ser. Solo que no estamos en 1935 y pierde votos a chorros aunque recupere algunos de la ultraizquierda republicana. La ideología extremista del PSOE de Zapatero no es buena, pero su estrategia política es trilita pura para España y para ellos mismos.

Zapatero sale jactancioso, triunfalista y campanudo el 29 de diciembre, echándose loas a sí mismo e invectivas al partido del que ahora quiere colgarse y, en ese justo momento, los etarras están colocando una tonelada de explosivos para volar, al día siguiente, uno de los aeropuertos más modernos del Mundo. Esa ETA, a la que el PSOE ha resucitado y llevado en andas al Parlamento Europeo, va a presentarse heroicamente y en solitario en las portadas de todos los periódicos del Planeta arrastrando al gobierno socialista tras de sí por el lodo ¿Y éstos eran los que se llenaban la boca con la imprevisión del ministro Acebes? Cosas veredes Sancho ¡Qué panda de incapaces, qué panda de apandadores, qué panda de chuflones!

Estos y otros tantos como ellos eran los que asaltaban sedes del Partido Popular el 12-M al grito de queremos saber ¿Ya no quieren saber nada ahora que han dado el golpe callejero mediático? Porque aquí y ahora, nadie informa de nada. Cuatro días después el ministro de Interior, Rubalcaba queremossaberrr, no es capaz de hablar siquiera del explosivo utilizado por ETA. Pues debía ser muy eficaz porque echó abajo el aparcamiento.

¿Y el presidente? El presidente sale seis horas después del atentado a balbucir cuatro vaguedades idénticas a las pronunciadas por Otegui... ¡Y se va de vacaciones! Quién le ha visto el día anterior y quien no le ve ahora. Es acojonante: la Vicepresidenta se quita de enmedio durante el resto de las fiestas porque esta vez no quiere ser el payaso de las bofetadas del espabilado Presidente. Y de los demás ni merece la pena hablar: sale el hombre de la mente en Blanco a decir que el Partido Popular aprovecha la circunstancia para arañar votos... Ni siquiera es verdad, están más absortos que Zetapé. Pero una cosa sí es cierta: cada vez que habla Pepino, el PSOE pierde un puñado de respaldos. No han pasado ni tres años de mandato socialista y la sensación de desgobierno, de anacoluto, aterra (por no decir que etarra).

Seis días después del atentado, seis días desaparecido, seis días vacantes, seis días de hibernación, seis días de holgorio después, regresa Zetapé no frost y da una rueda de prensa en la que solamente habla de sí mismo ¡Y no deja hacer preguntas! Se diría que delira. Luego habla de reunir un gabinete de crisis ¿crisis what crisis? ¿Una crisis ocurrida una semana antes? Es lo del Rincón de la Victoria, La Teixonera o el Carmelo, los incendios de Guadalajara y La Coruña, los alcaldes socialistas ladrones de Ciempozuelos o el caso de el Pocero... Son unos ineptos, son unos incapaces sin remisión, inútiles sin fronteras. No abordan ni un solo problema sino con palabrería y cargando sus responsabilidades a los demás, pero eso no soluciona nunca nada y, al final, sólo les queda una batería de medidas de excepción anunciadas a bombo y platillo que jamás llevarán a término más allá de la portada de El País del día siguiente.