¿He sido yo?
20/10/2007   Lecturas: 8.836

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Se preguntaba el inefable Steve Urkel, cada vez que hacía una trastada irremediable.

Hace poco más de una semana, en el Foro Nueva Economía, el Consejero Delegado del grupo PRISA, el falangista Juan Luis Cebrián, dictaba una conferencia que ha levantado ampollas.

No he tenido nunca mucha admiración intelectual por el individuo, pero debo reconocer que esta vez se ha superado. Y es que se puso a tirar piedras a diestro y siniestro; bueno, más a siniestro que, para él, son los del grupo de La Sexta –en esencia, el primer Secretario de Estado de Comunicación de Rodríguez Zapatero y tres amiguetes más del entorno de la Presidencia de Gobierno socialista- a los que la lumbrera que nos gobierna les regaló una televisión en abierto conocida como La Sexta (y como La Secta). Vamos, que el señor Rodríguez regaló a tres de los suyos una licencia cuyo valor se estima en unos ¡mil millones de euros! (ciento sesenta y seis mil millones de pesetas) Y es que los socialistas españoles nos tienen demostrado que cuando pegan un pelotazo lo pegan de verdad ¿Cuánto de lo que ingrese la televisión irá a parar al partido que la adjudicó? ¿A cuántos agradecidos militantes colocará la televisión y el grupo que sobre ella están levantando?

Así que don Juan Luís (Ten vergüenza, purpúrate Juan Luís / que eres poco verme y mucho pus...) se puso a dar coces en todas direcciones y no pocas fueron a dar en sus nalgas ebúrneas. Su objetivo era denunciar a los Barroso, Roures y Contreras (cabezas del grupo Mediapro) pero, denunciándoles, se denunciaba a sí mismo.

En una advertencia intimidatoria al Presidente vino a decir que la única norma relevante para el sector producida por este Gobierno es una ley de urgencia que, so pretexto de fomentar el pluralismo y regular la Televisión Digital Terrestre permitía la concesión, casi inmediata, de una nueva cadena... adjudicada a unos antiguos socios del propio Secretario de Estado impulsor de la ley, entre los que se encontraban personas de la confianza y el aprecio personal del presidente del Gobierno. No está nada mal dicho por boca de Juan Luís Cebrián, yo sería incapaz de mejorarlo. Lástima que mintiera una vez más.

Porque se olvidó de decir que hubo no una sino dos cadenas y que la otra también era adjudicada a personas de la confianza y el aprecio personal del presidente del Gobierno es decir Polanco, Juan Luís Cebrián y tutti cuanti. De modo que lo que el preboste de PRISA venía a denunciar es que Zapatero había tratado al grupo de los Barroso igual que a él mismo ¿de qué se queja entonces? Hablando en términos de nacionalistas catalanes, del hecho diferenciador. Vamos, que Cebrián está profundamente convencido de que la única televisión en abierto que debería haberse adjudicado sería la suya. Desde entonces ha ocurrido lo que nadie antes cogitase. Concurriendo en libre competencia –algo que PRISA jamás ha tenido que sufrir, pues se ha mantenido siempre bajo el juego desleal de la presión política y la adjudicación a dedo- Mediapro se ha hecho con los derechos del balompié y el gigante con pies de barro ha temblado. Y ha empezado a temblar por los cimientos, esto es, por su cotización bursátil.

Con urgencia acudió el expresidente socialista, Felipe González, en socorro, cómo no, del grupo falangista, implorando el cese del fuego amigo, mientras que era PRISA el que, como siempre, disparaba proyectiles de grueso calibre contra Mediapro.

Tan ofuscado estuvo el conferenciante que, llegado el momento, se puso a hablar de los brujos visitadores de La Moncloa... quienes tenían en la vista una nueva ocupación del espectro financiero y mediático al hilo de su influencia en el entorno del Presidente acusando a Barroso y compañía de su implicación en el intento de cambio en la presidencia del BBVA y de la titularidad de Endesa. Justamente lo que denunciara Manuel Conthe –mano derecha del vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, y máximo dirigente, eliminado por Zapatero, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores- cuando nos descubrió una triangulación perturbadora llevada a cabo por el asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, y su socio en Intermoney, Carlos Arenillas, Javier Ruíz, y un grupo de comunicación ¿Cuál? PRISA, precisamente. Otra cosa que se le olvidaba decirnos a este mentiroso patológico de Cebrián.

La gran mierda sobre los hombros de Moncloa y, ahora confirmado por Cebrián, el grupo de comunicación del que este falangista insigne es Consejero Delegado. ¡Lo que hace la envidia... Y la voracidad de dinero!