Al Qaeda votó al PSOE
16/03/2004   Lecturas: 11.812

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Suena fuerte pero es así.

Zapatero sabía que no demasiados sufragios podían darle la victoria, puesto que en las municipales el PSOE había obtenido más que el PP. Por eso se ponía la venda antes de la herida y hablaba de gobernar con mayoría de votos, no de diputados. Ya los tiene, votos y diputados, así que Rodríguez Zapatero gobernará.

En mi opinión, tres factores se presentan como fundamentales para esta victoria: El primero una reacción positiva de los nacionalistas a los mensajes del PSOE. Así se ha podido ver en el País Vasco, Andalucía o, sobre todo, en Cataluña, donde después de unos años bastante prósperos, gracias a la avenencia de CIU y PP, los réditos los recoge la ultra-izquierda independentista.

Un segundo factor habría sido la acertada estrategia del PSOE de ataque, en asuntos como la vivienda, la sanidad, la educación, la violencia doméstica o la política exterior (intervención en Irak fundamentalmente). Son puntos en los que el PP no ha sabido contrarrestar las razones contrarias, cargadas casi siempre con altas dosis de demagogia y emotividad, a la que los españoles somos tan sensibles.

Un tercer factor, puntilla final de la campaña añadido a los dos anteriores, ha sido el acorralamiento (no puede llamarse de otra manera) a que el PSOE, siguiendo la estrategia de la ultra-izquierda, como en el caso del Prestige e Irak, ha sometido al PP a raíz del atentado del 11 de marzo en Madrid. Como entonces, acorralando –en plena jornada de reflexión- las sedes del partido, aunque esta vez no han incendiado ninguna, han achacado al gobierno del PP la responsabilidad del atentado por su intervención en la caída del régimen de Sadam Hussein y del partido socialista Baaz del poder en Irak.

A todo esto, se ha enfrentado un tibio PP que, como en las pasadas municipales, dejaba a Aznar el papel de ogro intolerante, mientras los verdaderos candidatos, no se despeinaban, ni aún cuando los incontrolados de la ultra-izquierda, en sus distintas modalidades (italianos incluidos), se dedicaban a reventar sus mítines.

Ahora le toca gobernar a Rodríguez Zapatero, y justamente con las rémoras y deudas que el mismo se haya creado y contraído. La demagogia puede mejorar resultados a quien espera perder, pero si después gana y hay que cumplir con lo prometido... Recuerden aquel OTAN de entrada NO.

Creo, no sé si ustedes comparten mi opinión, que el Partido Popular le ha dejado el listón bastante alto. Veamos si, y cómo Zapatero consigue subirlo, aunque sea un poco más, los próximos cuatro años.