La collares socialista
05/09/2006   Lecturas: 12.103

Catilina

El pueblo español se refería en bajito y con temor a la esposa del dictador Franco como la collares. Y es que, según el imaginario popular, de cuando en vez, la collares se aproximaba a una de las mejores joyerías de Madrid y elegía de entre las joyas que se le presentaban, alguna de su especial gusto, y se la llevaba sin más, sin pagarla.

Después de unos pocos años de transición tendrían que llegar los gobiernos socialistas de Felipe González para que se ¿repitiera? la situación. El ministro Corcuera (Corcuemada, el ministro de la ley de la patada en la puerta, echada abajo por el Tribunal Supremo) llamaba a los joyeros al Ministerio del Interior y, en fechas señaladas prodigaba joyas, a cargo del sudor de los españoles, entre las esposas de sus directos colaboradores. En esta sección siempre hemos resaltado la herencia directa del dictador sobre los socialistas y éste es un ejemplo más. Pero hay otros.

Uno de los mayores escándalos del gobierno socialista anterior se produjo cuando el presidente González decidió usar el yate del dictador (el yate Azor) para navegar. Hubo muchos escándalos más, pero ninguno, creo recordar, que tuviera como protagonista a la mujer del Presidente. Durante muchos meses, Carmen Romero, supo acompañar con mucha dignidad, discreción y coherencia, creo yo, a Felipe González sin que, a día de hoy, pueda reprochársele nada.

Este no es el caso de doña Sonsoles, esposa del actual Presidente -con vocación de rey- José Luis Rodríguez El Hermoso Zapatero -he leído a Publio llamarle-. Confieso que no me voy a tomar ni un minuto en buscar información sobre los errores, desaciertos o pifias de esta señora porque no me interesa. Pero empezó mal, y continúa peor. Empezó impidiendo usar la piscina de entrenamiento a la Guardia Civil porque ella tenía que aprender a bucear y, este verano nos enteramos de que la patrullera de la Guardia Costera que debiera estar vigilando la llegada a Canarias de pateras, y evitando muertos, no estaba operativa porque guardaba las dulces zambullidas de la collares socialista. Imagino que, tal como se decía de Franco, andarían un par de submarinistas de la Guardia Civil bajo las aguas pinchando peces en el anzuelo de la sutil sirena...

Y a todo esto que su marido había redactado hace meses el Código del Buen Gobierno, bien cacareado y a plena voz por la vicepresidenta De la Vega. Pues más le hubiera valido redactar el Código del Buen Yacer o el Yantar de los Yantares, porque la familia se nos larga de vacaciones a un real sitio en Canarias (como corresponde a un presidente con vocación de rey) y solamente se lleva ¡¡doscientos escoltas y quince cocineros!! Al menos sabemos, por la nieta de Franco, que al dictador, con un Guardia Civil que le hacía la comida le bastaba ¡Joder, como se las gasta (nunca mejor dicho) el socialista austero! Porque gastar, han gastado sin cuento de nuestros impuestos: antes de las vacaciones, viajecito turístico familiar a las rebajas de Londres a costa de todos ¡Paga Manolo! Después de las vacaciones, viajecito a Berlín a oír cantar a la collares socialista ¡Paga José! El avión es oficial porque lo dicta el protocolo, nos dicen los mamporreros del Hermoso Zapatero ¿Qué protocolo, el del Código del Buen Gobierno? ¿dan en Berlín en regular cómo viaja la familia de la prima donna socialista? El problema de los socialistas no es que sean franquistas hasta la médula -que lo son-, es que son gilipollas hasta creer que los gilipollas somos los ciudadanos.

Así que, acaba el verano y ¡hala, a Berlín a oír a la Kirsten Flasgstad española! que, por cierto, no sabemos muy bien -aunque desgraciadamente lo imaginamos- cómo ha accedido a cantar en el coro del Teatro Real. Qué meritos rotundos ha presentado para tan fulgurante ascenso y cuándo, y quién(es) los han evaluado. No podemos olvidar que éste es el partido de los luisroldanes, de los centenares o millares de fieles que sin tener el bachiller figuraban en los gobiernos de González con magníficas carreras universitarias. En fin, suponemos que ya nos informará el remolachero locuaz desde la casa (i)real de Moncloa.

Mientras tanto, atentos a Doña Sonsoles, la collares socialista, porque apunta cualidades para convertirse en primera musa del régimen del gorgorito.

Ultima hora: como el presidente Zapatero nos durmió muy bien en el corazón d’Uropa durante las negociaciones de la ampliación y perdió solidariamente más de novecientos mil millones de pesetas en favor de los pobres franceses y alemanes, y como las tres subidas de los impuestos del tabaco en dos meses no resultan suficientes, ni la del alcohol, ni el permiso por puntos, ni... hoy nos advertía el ministro Solves de la próxima subida de los impuestos de los carburantes.

¿Quiere usted arruinar su país y a usted mismo en menos de una legislatura? Pues vote a la ultraizquierda socialista como hicimos los españoles en 2004 y, al final, como augurara el hermano del famoso Juan Guerra, ¡catarsis pa’ to’s!