El copago
20/03/2012   Lecturas: 6.278

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Es uno de esos palabros que nuestra casta política ha asacado para engañarnos por enésima vez. Como invención, forma parte de esa colección de constructos imposibles cuya cumbre histórica sería el crecimiento negativo con que nos engañaba Zapatero, porque, como indicaba el término, la economía española navegaba desarbolada y sin rumbo en el eje de las ordenadas negativas (- OY), que es justamente lo contrario al crecimiento. En realidad, decaía, se desplomaba, nos endeudábamos... Llámelo como quiera, pero no crecimiento, porque el crecimiento solo puede ser positivo, cuando es negativo es decrecimiento.

El término copago es igualmente falsario y lleva una misma intención engañosa. Si usted es copartícipe en algo, es que tiene participación con otra persona en ese algo. Si a usted le hablan de copagar la sanidad –pongamos por caso- es que la va a pagar en participación con otra persona o entidad ¿Cuál? La casta política quiere hacernos creer que el Estado nos costea la sanidad, o nos regala la enseñanza u otro servicio cualquiera... En realidad los cobra bien caros a los trabajadores, que cargamos con todo.

El Estado es el monstruo que malgobierna la casta política. Cuanto más Estado, más profesionales de la política viven a costa del trabajador, más liberados –llamémosles así- vive del esfuerzo ajeno. El trabajador sufre –paga- el gasto del Estado, siendo así que lo que llama copago el político –y su correveidile, el periodista- es en realidad re-pago, esto es, pagar dos veces.

A la muerte del dictador Franco, hace casi cuatro décadas, España carecía de una estructura fiscal rigurosa y el trabajador español apenas conocía el concepto de impuesto (aunque pagara impuestos indirectos de diverso orden) Durante la Transición, se extendió la práctica popular de espetar al quejoso tú primero paga para que luego puedas protestar. Desde el Programa de Saneamiento y Reforma Económica de 1978, de Enrique Fuentes Quintana, empezamos a pagar impuestos y desde entonces no han dejado de subir. No solamente los directos, precisamente han sido distintos gobiernos socialistas los que han aumentado los impuestos indirectos (IVA) un 50%, desde el 12% al 18%, pese a argüir que eran injustos por castigar a todos por igual. La última subida de Rajoy nos sitúa entre los países que más impuestos pagan del Mundo, sobre todo si a éstos añadimos todo tipo de tasas, impuestos especiales, cobros y recibos con que la Administración nos esquilma.

Y, llegados a este punto, nos dicen que aún no es suficiente y que debemos pagar más por los mismos servicios –que son bien pocos- y lo llaman copago. Por supuesto, se niegan a poner a dieta al monstruo y ahorrar en gastos que en realidad no podemos permitirnos. Veamos un caso: el Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad para este año de crisis un presupuesto de unos 83,5 millones de euros. Esto significa que mover a 350 diputados nos costará ¡14.000 millones de pesetas! O, dicho de otra manera, pagaremos unos 40 millones de pesetas por diputado, cuando el salario mínimo es inferior a 1.500.000 pesetas al año (641,40 euros x 14 pagas) Cada diputado viene a costarnos lo que 27 trabajadores con salario mínimo... ¿Imaginan por cuánto nos sale el conjunto de Estado central, autonomías, ayuntamientos, diputaciones, embajadas...? Tal vez, lo que sobra son políticos.