Os estáis volviendo locos
22/10/2005   Lecturas: 9.946

Publio

Fueron las palabras que hace pocas jornadas Polanco –Don Polancone, el gran magnate de los medios de comunicación españoles- le espetaba al portavoz del partido socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Al día siguiente del desfile de las Fuerzas Armadas en el día de la Virgen del Pilar y de la Hispanidad, hace algo más de una semana, el diario del partido socialista El País, propiedad de Jesús Polanco, en su Editorial titulado Fiesta Internacional, nos sorprendía a todos con una frase que anunciaba su desenganche de la reforma del estatuto catalán protagonizado por la tríada Zapatero-Maragall-Polanco:

La conmemoración –decía- dio oportunidad a que políticos de partidos enfrentados por esa y otras cuestiones, e incluso de sectores rivales de un mismo partido (lo que tiene más mérito), confraternizaran y debatieran en paz. Por ejemplo, largamente, Rubalcaba y Rajoy. Es de esperar que no, o no sólo, para reiterar sus diferencias, sino para tantear posibles salidas a un problema creado por los políticos.

¿No está mal verdad? No es nadie el diario El País-Claridad cuando necesita dar la vuelta a la tortilla. Un golpe de timón en el editorial y las culpas al empedrado.

Cualquiera que leyera esa mañana el diario de don Jesús creería que la reforma del estatuto catalán es obra de Por ejemplo... Rubalcaba y Rajoy. La obra de Zapatero y Maragall, con el impulso y el respaldo a ultranza de Polanco y todo su poder mediático -que en España es casi omnímodo- se convierte ahora a golpe de editorial del diario de partido en un problema que ha sido creado por los políticos que, por lo tanto, deberán tantear posibles salidas al mismo y arreglarlo.

Para usted, lector que no es español y desconoce nuestro día a día, le informo que el problema al que se refiere el editorial mencionado, es la anticonstitucionalidad de la modificación del Estatuto de Cataluña que comienza declarándose como nación contra la unidad de España y rompe después, a lo largo de más de doscientos cincuenta artículos, el orden constitucional a través de la redacción de los mismos. El problema surge cuando estando en la oposición el actual Presidente, Rodríguez Zapatero, prometió demagógicamente aceptar cualquier modificación del estatuto de autonomía que fuera aprobado por mayoría en el Parlamento de Cataluña. Ahora nos enfrentamos a la aceptación de un estatuto contrario a la Constitución.

El periodista Federico Jiménez Losantos viene reiterando, cada mañana desde los micrófonos de la cadena COPE, que el problema se termina cuando Jesús Polanco quiera, sin más que le dedique un par de editoriales de profundidad en su diario El País.

Todo parece indicar que Jesús Polanco estaría considerando que la cosa ha ido demasiado lejos, intentando corregir la deriva del problema que él mismo ha creado, y colocar la pesada carga sobre los hombros de políticos de segunda fila del partido socialista y del líder de la oposición. Dicha maniobra intentaría salvar a todo trance la cabeza de su criatura política –Rodríguez Zapatero- y, antes que nada, la suya propia. En esta jugada dizque maestra, Maragall es prescindible. No tardaremos mucho en ver cómo los medios polanquiles intentan cobrarse la pieza.

Si no me equivoco pronto empezarán en el Palacio de la Moncloa un sinfín de reuniones subrepticias de ZP con todo tipo de líderes nacionalistas e independentistas, catalanes o no.