Zapatero, candidato de Al Qaeda
19/03/2004   Lecturas: 14.323

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Llevo tres días a la expectativa de que se aclare finalmente la autoría de la masacre de Madrid. Ya no veo pancartas que digan "Iraq invadida por asesinos y en Madrid mueren obreros", "Gracias Aznar por la guerra de Iraq, consecuencia: 200 muertos", "Aznar asesino", "PP = Terrorismo", "Vosotros fascistas sois los terroristas", "Aznar cobarde tu eres el culpable". Ni veo a los agitadores y a los cobardes –a los de verdad- que tras la turba las enarbolaban. Eso, me digo, debe tener una explicación. Y la tiene: ya no son necesarias, consiguieron lo que querían, han ganado. Ya se puede enterrar a los muertos, ya no son necesarios.

La misma semana en que la Comunidad Europea daba la razón al gobierno de Aznar, en la persona de su gestor Rajoy, del naufragio del Prestige –un regalo a la posteridad de los regímenes comunistas del Este-. Además, en un comunicado, Al Qaeda rechazaba la postura de la ONU (contra la que perpetró asesinatos en Bagdad) acusándola de apoyar la política en Oriente Medio, sobre todo en Irak, de Estados Unidos.

Así que los de las pancartas –Zapatero (Rodríguez) a la cabeza, demostrado un año después (y entonces en el varapalo de las elecciones municipales) lo impropio e injusto –por no decir ilícito- de su actuación, se lanzaban de nuevo a la calle ahítos de revanchismo y anti-democracia a aprovechar jornadas de reflexión y cadáveres, a ver si esta vez alcanzaban su fin último: todos contra Aznar ¿Lo recuerdan?

A Aznar le podemos acusar de muchas cosas pero ¿de cobarde, después de cómo salió del atentado en que ETA intentó matarle? Y el PP ¿no ha hecho del terrorismo uno de sus frentes más claros de lucha? Pues eso decían los de las pancartas del otro día, los terroristas de verdad. Si no ¿Qué hacían intimidando, aterrorizando, como hace un año, frente a las sedes de un partido democrático, en vez de ante las instituciones gubernativas? Lenin, Stalin o Hitler nos lo explicarían con sencillez ¿verdad que si?

Pero vuelven las brigadas Abi Hafs el Masri a responsabilizarse, mediante comunicado al periódico londinense en árabe Al Hayat, de la autoría del atentado del 11 de marzo en Madrid, anunciando la orden a sus terroristas de no cometer mas asesinatos en España (para estos irredentes la tierra de Al Andalus).

Motivo: La dirección de Al Qaeda detendrá estas acciones en España hasta que conozcamos las tendencias del nuevo gobierno, que ha prometido la retirada del ejército español de Irak y comprobemos que no interviene en los asuntos de los musulmanes. Aclarando además que le dimos la oportunidad al pueblo español de elegir entre la guerra y la paz y han elegido, efectivamente, la paz. Estos hijos de Alá, cuando hablan de paz, hablan de la paz de los cementerios, claro está, con la paz con que trataban al pueblo afgano en general y a sus mujeres en particular.

De manera que al pueblo español quien le ha dado la oportunidad para elegir no ha sido el ordenamiento democrático, no, ha sido Al Qaeda. Y, en parte, no les falta razón: nos han dado la oportunidad de escoger al partido que está contra la alianza de los Estados Unidos de América en su guerra particular contra el Islam. ¿Adivinan de quien hablan? De manera que ahora podemos dormir tranquilos, porque nuestra democracia reposa en manos de nuestras células combatientes que nos vigilarán al menos hasta que conozcamos las tendencias del nuevo gobierno. Tranquilizador.

Ya ven, debemos a Al Qaeda la oportunidad de la Paz. La de la bronca la puso la izquierda reaccionaria con su principal baluarte -el PSOE- a la cabeza (¿qui prodes?) durante el sueño de la razón en la tarde-noche del 12 y el 13-M.

Cualquier analista político sabe que en los días de una campaña electoral no más de un 10% de los votantes cambian de opinión. Y esta vez los pronósticos se cumplieron... Pero en el Senado, en el que el PP estuvo al borde de la mayoría absoluta. En el Congreso no, porque al Congreso se presentaba, inesperadamente esta vez, Al Qaeda, al que le bastaron únicamente tres días para lograr un vuelco vertiginoso de los escrutinios. Ante un país tan acostumbrado a sufrir los mazazos del terrorismo, sin la ayuda del PSOE, que cumplió holgadamente con su programa, esto no hubiera sido posible.

Artífices de la victoria son Rubalcaba, uno de los muñidores políticos de nuestro país más siniestros desde Romanones y un tal Polanco, director de comunicación de la campaña de Al Qaeda que encargó a su diario, el falangista El País, y la radio de juguete que en su día le regalara Felipe González por su cumpleaños, imagino.

Al frente del kale borroka particular que nos fue montando Al Qaeda en las calles de España, a través de sus delegaciones en nuestro país –las sedes de los partidos de izquierda, desde los anti-semitas hasta los anti-sistema-. Al frente, digo, Boris Izaguirre, un burgués histrión que esta vez –en lugar de bajarse los pantalones y enseñarnos el culo- vigilaba por si a la policía, también fascista y terrorista, un suponer, atacaba a algún demócrata de los de la pancarta.

Por mucho menos que esto, pero con mucha más dignidad, Esperanza Aguirre se negó a gobernar en mayoría y convocó en Madrid nuevas elecciones, no hace mucho tiempo ¿lo recuerdan? Pero no pidamos imposibles, hablamos de Zapatero y del PSOE.